Ingredientes
- 1 pollo campero troceado
- 1 pimiento rojo grande
- 1 pimiento verde grande
- 1 cebolla grande
- 4 dientes de ajo
- 4 tomates maduros
- 250 ml de vino blanco
- 100 g. de jamón serrano
- Aceite de oliva virgen suave
- Sal (al gusto)
La base de esta receta es la salsa chilindrón o salsa hecha a base de cebolla, ajos, tomates y pimientos rojos con jamón, que acabarán dándole a la salsa ese sabor rico y especial que da un buen jamón.
Cómo hacer pollo al chilindrón
- En una sartén grande añadimos un chorro de aceite de oliva generoso. Pelamos dos dientes de ajo y los añadimos a la sartén para que doren. Cuando cojan color los retiramos, sólo queremos que nos deje el sabor.
- Limpiamos el pollo, quitándole la piel y el pelo que les pueda quedar. Le añadimos un poco de sal y los ponemos en la sartén donde hemos dorado los ajos. Lo freímos a fuego vivo pero con paciencia, tiene que quedar dorador, pero no quemado. Una vez dorado lo retiramos de la sartén y lo reservamos.
- Pelamos y cortamos la cebolla en juliana y picamos los ajos. En una cacerola grande añadimos un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. Ponemos a pochar la cebolla y el ajo a fuego medio, con cuidado no se queme el ajo.
- Lavamos y cortamos en tiras los pimientos y añadimos a la cacerola cuando la cebolla adquiera un tono dorado. Lo dejamos pochar todo junto. Pelamos y cortamos en tacos los tomates.
- Cuando los pimientos estén al dentes, añadimos el jamón previamente troceado. Lo rehogamos un par de minutos y a continuación añadimos el tomate. Dejamos que se cocinen todos los ingredientes juntos durante 6 o 7 minutos a fuego medio – bajo. Removemos para que no se agarren al fondo.
Cocción y presentación final
- Incorporamos el pollo y vertemos el vino blanco. Agitamos la cazuela para que encaje bien el pollo y se reparta la salsa. Dejamos que se cocine todo a fuego medio-bajo unos 7 u 8 minutos.
- Un truquillo que se puede utilizar a veces es añadir una ramita de romero o tomillo al guiso. Si fuera necesario añadiríamos un poco de agua para que no se quede muy seco el guiso.
- Opcionalmente si te gusta mucho la salsa, puedes añadir un vaso de agua tibia (además del vino) con una cucharadita de almidón de maíz o maicena. La disolvemos en el vaso con un tenedor y antes de tapar cazuela. Luego cuando el pollo esté listo, reducir sólo la salsa hasta conseguir el espesor deseado y después volver a incorporar el pollo.
- Cuando la salsa haya reducido (sin quedar seco) rectificamos de sal si es necesario. Retiramos el pollo del fuego, emplatamos y servimos caliente. El resultado es una carne de pollo gustosa, jugosa y de mojar pan. ¡Qué aproveche!